Sobre una comisión de investigación para atenuar las diferencias sociales y económicas entre los Estados miembros 

El peticionario hace un diagnóstico en relación con el estancamiento de la vía común de la UE, que se basa en un principio de reciprocidad y que los seis países fundadores pusieron en marcha en 1957. Argumenta que ahora esta vía parece haber llegado a un punto muerto, lo que se traduce en «el debilitamiento de un sentido incipiente de identidad europea». Por lo tanto, para que el proyecto europeo recupere su credibilidad, pide «una reafirmación de ese principio de reciprocidad y de solidaridad concreta entre los ciudadanos de la Unión. Sin este espíritu de compartir y aunar responsabilidades entre los Estados miembros, podemos esperar una ola incontrolable de populismo además de una crisis económica sistémica». Pide a la presidenta de la Comisión Europea que cree «una comisión para analizar la naturaleza de los problemas y desequilibrios, y que responda a las preocupaciones de los ciudadanos, y que se propongan medidas correctivas para lograr uno de los objetivos de la UE: mitigar las diferencias sociales y económicas entre los Estados miembros».